Felicidad
y Renovación Espiritual
MENSAJE DE AÑO
NUEVO 2015
Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas
A
los venerables sacerdotes, a los diáconos y miembros de institutos de vida
consagrada, y a todos los fieles
Queridos hermanos y hermanas:
1.
Al inicio de este año 2015, me complace
enviarles un mensaje de esperanza, de optimismo y de paz. Cada 1º de enero
renacen en nuestros corazones los anhelos de felicidad. Y para que seamos
felices a pesar de nuestras fallas humanas, nos envió Dios a su Hijo único
Jesucristo, cuyo nacimiento acabamos de celebrar en Navidad, para que nos
enseñara el camino a la felicidad y, al redimirnos de nuestros pecados, nos
diera de nuevo la posibilidad de alcanzarla.
2.
La felicidad es la plenitud del gozo,
la satisfacción de nuestros más puros anhelos, la paz plena y la unión con
Dios. En el sermón de la montaña Jesucristo nos indica el camino hacia la
felicidad: “Dichosos los pobres en el espíritu…dichosos los limpios de corazón...dichosos
los misericordiosos…dichosos los que trabajan por la paz…dichosos serán cuando
por mi causa los persigan…Alégrense y regocíjense, pues su recompensa será
grande en el Cielo” (Cfr. Mt 5, 1-12). Y más tarde, Cristo resume esas
enseñanzas cuando nos dice: “dichosos los que escuchan la Palabra de Dios
y la cumplen” (Lc 11, 28).
RENOVACIÓN MORAL
Queridos
hermanos:
3.
Si queremos ser felices tenemos
ineludiblemente que poner en práctica la Palabra de Dios, que nos invita a amar
al prójimo, a ser honestos, a respetar la familia y el matrimonio, a rechazar
el odio y la violencia, y trabajar por la paz. Es decir, a
superar con una vida recta, santa y justa, las dificultades que vamos
encontrando en la vida. Pues bien: muchos analistas nos
dicen que este año 2015 va a ser particularmente difícil para los venezolanos,
debido a graves dificultades de orden político, económico y social.
Generalmente, las causas de esas dificultades son las conductas erradas de las
personas: el olvido de Dios y la indiferencia religiosa, el odio y el egoísmo,
el afán de lucro y la idolatría del dinero, el ansia de poder y la soberbia
política, el desenfreno de las pasiones, el ocio y la pereza…
4.
Lo repito una vez más: el
país necesita urgentemente el diálogo y la concertación, a fin de resolver
nuestros conflictos de manera pacífica, descartando la violencia. Pero
más allá de las medidas políticas, económicas y sociales que se deben
necesariamente implementar en Venezuela para solucionar los graves problemas que
tenemos, es necesario que los venezolanos, y en especial los católicos, nos
acerquemos más a Dios, y dejemos a un lado los vicios y pecados que nos han
llevado a esta situación. Si queremos ser felices tenemos que renovarnos
espiritualmente.
5.
De manera particular los exhorto a
fortalecer nuestra práctica religiosa: escuchemos la voz del Señor que nos
llama a la conversión, a vivir de acuerdo a su Palabra, a participar en la
Santa Misa dominical, a orar incesantemente, a guardar y cumplir los
Mandamientos de la Ley de Dios. El camino del pecado, del desorden, del
relajo afectivo-sexual, no es el camino de la felicidad. Si queremos ser felices
hemos de agarrarnos de la mano de Dios y caminar con El, escuchando y
cumpliendo su palabra.
6.
Los invito, pues a buscar a Dios de
todo corazón. A mis hermanos sacerdotes, y miembros de institutos de vida
consagrada, a los laicos comprometidos con el Señor y con la vida de la
Iglesia, los invito a intensificar la acción evangelizadora y pastoral en
nuestra Arquidiócesis de Caracas, a fin de ofrecer a nuestros fieles la
posibilidad de encontrarse con el Señor: en la Palabra viva, en las
celebraciones litúrgicas, en la recepción de los santos sacramentos en la
fraternidad y solidaridad. Venezuela, y especialmente Caracas, necesita
una intensa renovación espiritual ¡Vamos a promoverla¡ Seamos cada vez
más fieles a nuestra excelsa condición de hijos de Dios discípulos y hermanos
de Jesucristo, y miembros de nuestra Santa Iglesia Católica.
Mis
queridos hermanos:
7.
El 1º de enero la Iglesia celebra la
solemnidad de María, Madre de Dios. Comencemos, pues el año bajo la protección
de María Santísima de Coromoto, nuestra madre celestial. Por su
maternal intercesión pidámosle a Dios por nuestras familias, por
los jóvenes y los niños, por los presos de toda clase, por los enfermos, por
las víctimas de la inseguridad, por los que sufren en cualquier forma. Y
pidámosle sobre todo, que los venezolanos podamos resolver nuestros conflictos
de manera pacífica.
CON
MI AFECTUOSA BENDICIÓN LES DESEO A TODOS
UN AÑO 2015 MUY FELIZ EN EL SEÑOR.
Caracas, 30 de diciembre de 2014
+JORGE
L. UROSA SAVINO,
CARDENAL
ARZOBISPO DE CARACAS
Se agradece a todos los sacerdotes leer
este mensaje a los fieles en todas las Misas celebradas en las Iglesias
parroquiales y filiales de Caracas, el fin de semana 3 y 4 de enero de 2015.
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