NO TEMAN, PUES LES ANUNCIO UNA GRAN ALEGRÍA,
QUE LO SERÁ PARA TODO EL PUEBLO: HOY EN LA CIUDAD DE DAVID LES HA NACIDO UN
SALVADOR, QUE ES CRISTO EL SEÑOR (LC 2,10-11)
Mis queridos
hermanos y hermanos
El Santo Padre Francisco en su primera Exhortación Apostólica ha hablado
de la ALEGRÍA de evangelizar. Y esta
alegría brota de la convicción y certeza
de que Dios está con nosotros desde la primera Navidad. Por ello los ángeles
anunciaron a los pastores no solo el nacimiento de Jesucristo sino sobre todo
la alegría de contar con él para siempre pase lo que pase: Les anuncio una gran alegría
Los cristianos al celebrar el natalicio de
Jesucristo, lo hacemos con inmensa
alegría y gratitud, por la bondad
que Dios Padre celestial ha tenido
al enviarnos a su Único Hijo para que,
hecho hombre por nosotros, nos liberara del pecado y nos diera la salvación El
centro de la Navidad es Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, Dios con nosotros,
que es “el camino la verdad y la vida”. La Navidad es una fiesta esencialmente
religiosa. Y en Navidad Jesús nos invita a recibirlo en nuestros corazones con
una fe viva, acompañada por las obras, el intenso amor a Dios y a nuestros
hermanos. Nos invita a creer en El, para que tengamos vida, ¡y vida eterna!
Tendremos una
Navidad feliz y útil si afrontamos el reto de vivir como hijos de Dios, de
vivir como hermanos, practicando la solidaridad, rechazando el mal en todas sus
formas, perdonando a quienes nos ofenden, trabajando por el país, luchando por
los derechos humanos, la libertad y la justicia.
Más allá, pues,
de los festejos de estos días, vivamos una Navidad auténtica y religiosa, no
frívola ni pagana, realmente provechosa. ¡Llenémonos de Dios! Vivamos
esta Navidad con gratitud al Señor y celebrémosla en familia con una actitud
realmente cristiana. ¡Tengamos el Nacimiento en nuestros hogares! Acerquémonos
al sacramento de la reconciliación y participemos en la Santa Misa el 25 de
diciembre y el 1º de enero, que son días de precepto, recibiendo la sagrada
comunión, y, por supuesto, todos los domingos, que son el Día del Señor, de
Cristo resucitado.
Queridos hermanos y hermanas: Que el Señor conceda a todos ustedes una
Navidad alegre con la convicción de que Dios nos amó
primero en el Niño Jesús. ¡A todos les deseo una Navidad feliz! Con mi
bendición episcopal,
+SAÚL FIGUEROA,
OBISPO DE PUERTO CABELLO
PUERTO CABELLO, 22 DE DICIEMBRE
DE 2014
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