1º
de mayo
San
José, Obrero
San José, Obrero, el
carpintero de Nazaret, que con su trabajo remedió las necesidades de María y de
Jesús e inició al Hijo de Dios en los trabajos de los hombres. Por esta razón, este 1º de mayo día en el que se celebra el “Día del Trabajador” en muchas partes
del mundo, la Iglesia católica recuerda a san José y los obreros cristianos honran a san José
como modelo y patrono suyo.
Por tal motivo la parroquia
San José Obrero de La Elvira celebrara esta fiesta con la Santa Misa el día viernes
1º de mayo a las 10:00 de la mañana, Eucaristía a la cual están invitados todos
feligreses de los sectores cercanos.
Pablo VI expreso al
respecto: "Vosotros, los hijos del trabajo, que durante siglos habéis sido
los esclavos de la labor, buscad a aquel que declara que la vida es sagrada,
que el obrero es libre de las cadenas que la primacía del materialismo y del
egoísmo económico ha soldado no sólo en torno de los puños de los trabajadores,
sino en torno de su corazón y de su espíritu... Buscad un principio, una razón
que haga a los hombres iguales, solidarios entre sí, y que les devuelva la
fraternidad. Y ello no en el odio contra otros hombres... Ya que todos viven en
una comunidad natural, que traten de formar una sociedad humana y que sientan
la grandeza de ser un pueblo".
El mundo humano es el mundo
del trabajo, hecho por la inteligencia, a través de las manos que en medio de
la naturaleza señalaron el camino del progreso y la cultura. Dios concedió
manos a otras especies, pero sólo a la mano del hombre le dio el carácter de
herramienta. Toda la técnica sobre la cual se asienta la civilización es
prolongación de esa mano que Dios otorgó al hombre.
Este día celebramos al padre
nutricio de Jesús, justo y humilde carpintero de Nazaret, que pasa la vida no
sólo en la meditación y la oración, sino también en las fatigas de su
artesanía. José es el símbolo de la prudencia, del silencio, de la generosidad,
de la dignidad y de la aplicación en el trabajo; también lo es de los derechos
y de los deberes respecto del trabajo.
San José fue un auténtico
obrero en el pleno sentido de la palabra, y el único hombre que compartió con
el Hijo de Dios la tarea de todos los días. Recordamos a todos los trabajadores
de nuestra patria y del mundo, pidiendo al cielo para que sean instrumento de
paz, de evangelización, de serena inteligencia, de valor y de confianza en sí
mismos, de esperanzas de bien y de fervientes voluntad, dignos y sin retaceos
en la hermandad de los hombres.
San Juan Pablo II enseño que
los hombres descubren pronto la cruz en su trabajo; precisamente por ello el
esfuerzo humano es redentor, pues Cristo lo ha unido a su pasión: también él
fue obrero y predicó su evangelio del trabajo conociendo íntimamente esta
realidad que tiene por protagonistas a todos los hombres y mujeres del mundo.
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