Celebrado en la parroquia Cristo Rey
El pasado sábado 30 de mayo, la pastoral Juvenil Misionera de nuestra Diócesis llevo a cabo el Pentecostes Juvenil en la parroquia Cristo Rey del municipio Juan Jose Mora, donde gran cantidad de jóvenes de todas las parroquias eclesiales compartieron la Alegría del Espíritu Santo.
La actividad inicio con la evangelización de la invitada especial, hermana Ana Iris Blanco, luego el turno fue del hermano Carlos Aguilar quien animo a los presentes con su catequesis.
Los jóvenes también tuvieron la oportunidad de reconciliarse con Dios a través del Sacramento de la Confesión.
Posteriormente los jóvenes se dirigieron a las zona aledañas a la Iglesia Cristo Rey donde pintaron murales alusivos al Espíritu Santo.
Finalmente la jornada concluyo con la Solemne Eucaristía presidida por el obispo Monseñor Saul Figueroa concelebrada por los sacerdotes; Williams Campos, Wolfang Gonzalez, Cesar Barrios, Hector Tzoc y el diacono David Oropeza.
La parroquia seleccionada para celebrar el proximo año el Pentecostes Juvenil Diocesano sera Nuestra Señora del Socorro en Patanemo...!
Los siete dones del Espíritu Santo pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.
Don de sabiduría
Nos hace comprender la maravilla insondable de Dios y nos impulsa a buscarle sobre todas las cosas, en medio de nuestro trabajo y de nuestras obligaciones.
Don de inteligencia
Nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe.
Nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe.
Don de consejo
Nos señala los caminos de la santidad, el querer de Dios en nuestra vida diaria, nos anima a seguir la solución que más concuerda con la gloria de Dios y el bien de los demás.
(Danzas Renovación Carismática Católica)
Don de la fortaleza
Nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las dificultades que sin duda encontramos en nuestro caminar hacia Dios.
Don de ciencia
Nos lleva a juzgar con rectitud las cosas creadas y a mantener nuestro corazón en Dios y en lo creado en la medida en que nos lleve a Él.
Don de piedad
Nos mueve a tratar a Dios con la confianza con la que un hijo trata a su Padre.
Nos mueve a tratar a Dios con la confianza con la que un hijo trata a su Padre.
Don de temor de Dios
Nos induce a huir de las ocasiones de pecar, a no ceder a la tentación, a evitar todo mal que pueda contristar al Espíritu Santo, a temer radicalmente separarnos de Aquel a quien amamos y constituye nuestra razón de ser y de vivir.
Confesiones Pbros. Miguel Barrientos y Jose Sequera
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