jueves, 31 de julio de 2014

Aniversario XX de la Diócesis de Puerto Cabello

Diócesis de Puerto Cabello celebro XX aniversario de Erección Canónica

El pasado sábado 5 de julio del presente año, la Diócesis del eje costero de Carabobo cumplió 20 años de creada y se unió la celebración con tres importantes acontecimientos; tercer aniversario de la toma de posesión de la Diócesis por Monseñor Saúl Figueroa, 50 años en el sacerdocio del primer Obispo Ramón Antonio Linares Sandoval y 50 años de la Infancia Misionera. Por estos motivos se realizo una Solemne Eucaristía presidida por Mons. Figueroa y Concelebrada por Mons. Ramón Linares y el Clero porteño, a las 10:00 de la mañana, en la Catedral San José, donde fue homenajeado el invitado especial Monseñor Linares con la condecoración “Cardenal Ali Lebrun”, y la Infancia Misionera recibió condecoración Mons. William Guerra, esta misa conto con gran participación de la feligresía porteña y mórense.



Reseña Histórica 
La Diócesis de Puerto Cabello fue erigida por el Papa, San Juan Pablo II, el 5 de Julio de 1994, en el territorio comprendido por los Municipios Costeros del Estado Carabobo, Puerto Cabello y Juan José Mora, desmembrándose de la Arquidiócesis de Valencia, manteniéndose  como Diócesis sufragánea de ésta. Monseñor Jorge Urosa, para entonces Arzobispo de Valencia, fue nombrado Administrador Apostólico hasta el nombramiento del 1er. Obispo diocesano. El 15 de octubre del 1994, fue ordenado Obispo su primer Pastor, Mons. Ramón Antonio Linares Sandoval, y ese mismo día tomó posesión de la Diócesis.  En el 2002, fue trasladado como Obispo a la  Diócesis de Barinas.

En ese ínterin, de nuevo, fue nombrado Administrador Apostólico Monseñor Jorge Urosa, hasta la Toma de Posesión del segundo Obispo diocesano. El 5 de diciembre de 2003, fue elegido como segundo Obispo, Mons. Ramón José Viloria Pinzón, quien fue ordenado el 7 de febrero  de 2004,  tomando posesión de la Diócesis el mismo día. El 13 de Marzo del 2010 queda encargado como administrador Apostólico, Monseñor Reinaldo del Prette hasta la Toma de Posesión del tercer Obispo diocesano. El 1° de julio de 2011, tomo posesión de la Diócesis el tercer Obispo, Monseñor Saúl Figueroa Albornoz, quien  fue ordenado el 10 de enero 1998.

La extensión de la Diócesis es de 729 Kmts2,, con una población de casi 400.000 habitantes, de los cuales alrededor del 90% son católicos. Estos fieles católicos son atendidos en 19 parroquias eclesiásticas por 23 Sacerdotes. Dos Sacerdotes  pertenecen a los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos) y uno a la Fraternidad Misionera de María, un Sacerdote esta incardinado en la Diócesis de San Cristóbal, uno en la Diócesis de Los Teques, uno en la Arquidiócesis de Brasilia (Brasil), y 16 Sacerdotes  en la Diócesis de Puerto Cabello. Sirven pastoralmente, además, los Hermanos de La Salle, las Hermanas Agustinas Venezolanas, las Hermanas de los Pobres de Maiquetía, las Hermanas de San José de Tarbes y la Comunidad Jesús es Señor. La Diócesis cuenta con una Virgen Consagrada y 4 Seminaristas Mayores.

La Diócesis de Puerto Cabello, a pesar de su juventud, es una Iglesia muy viva y activa. En los veinte años de su existencia, han sido creadas 5 nuevas parroquias; y se han fundado el Centro Diocesano William Guerra, el Centro de Atención Integral Mons. Ramón Linares de Cáritas y el Centro de Pastoral Vocacional Card. José Alí Lebrún de Alpargatón.

Los laicos son una gran fuerza activa de la Diócesis, integrándose en cada una de sus Parroquias y en cada una de las Pastorales Diocesanas, Asociaciones y Movimientos laicales. Para el trabajo de evangelización existe un llamado Plan Pastoral Básico que tiene 5 grandes núcleos de atención pastoral: Primacía de la Gracia, Misión Permanente, Pastoral Vocacional, Comunión Cristiana de Bienes y la Solidaridad.

Biografía de Monseñor Linares
El primer Obispo de la Diócesis Porteña el Excmo. Monseñor Ramón Antonio Linares Sandoval, nació en la Población de Vallecito, del municipio Falcón del estado Cojedes, el 26 de Diciembre de 1.936, sus padres Pedro Antonio Linares y Vicenta Sandoval de Linares. Cursó estudios de Bachillerato en el Seminario Menor de la Arquidiócesis de Valencia y Seminario Menor de Caracas. Frecuentó la Teología en el Seminario Interdiocesano de Caracas. Estudió inglés y francés en la Universidad de Carabobo. Curso de Francés en la Universidad Laval de Quebec, e Instituto Católico de Paris. Obtuvo la Licenciatura en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma y frecuentó un curso “súper rato” en la congregación de los Sacramentos.

Fue ordenado Sacerdote por Monseñor José Alí Lebrún el 28 de julio de 1963 para la entonces Diócesis de Valencia a la cual perteneció hasta la creación, en el año 1972, de la Diócesis de San Carlos, Estado Cojedes. Hasta ese año desempeñó distintos cargos en la Diócesis de Valencia: Vicario Cooperador de la Catedral, Profesor, Director espiritual y Administrador del Seminario Menor Nuestra Señora del Socorro, Capellán de las Siervas del Santísimo y del Asilo de San Vicente de Paúl en Valencia. En el año 1969 fue nombrado Párroco de la Parroquia de la Inmaculada Concepción en San Carlos.

En 1974 fue designado Vicario General de la Diócesis de San Carlos en San Carlos, en 1986 Vicario Judicial de la misma Diócesis y en 1987 Juez del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Valencia, función que desempeño juntamente con la de Vicario General de San Carlos. Es prelado de Honor de su Santidad desde el 11 de julio de 1988.

  El 5 de julio de 1994, el Papa San Juan Pablo II, lo elige como Primer Obispo de la recién creada Diócesis de Puerto Cabello y recibe su ordenación Episcopal de manos del Cardenal José Alí Lebrún Moratinos el día 15 de octubre de 1994. Luego el 16 de Julio del año 2002 es designado como tercer Obispo de la Diócesis de Barinas de la que toma posesión el 27 de septiembre de 2002. Actualmente el primer pastor de esta Diócesis y Obispo Emérito se desempeña como Administrador Apostólico de la Diócesis de Acarigua-Araure en el estado Portuguesa.









martes, 15 de julio de 2014

Academia de Nacional de Ciencias rindió homenaje al Doctor José Gregorio Hernández

 Academia de Nacional de Ciencias rindió homenaje al Doctor José Gregorio Hernández


Los actos por el Sesquicentenario del natalicio del Doctor José Gregorio Hernández permitieron conocer en la Academia Nacional de Medicina diversas facetas de este venezolano rumbo a su beatificación. “La Oficina de la causa sigue esperando que los devotos reporten los milagros entre los que debe estar el que lo eleve definitivamente a los altares”, dijo el Cardenal Urosa

Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic

Caracas, 26 de junio de 2014.- El Cardenal Jorge Urosa Savino, manifestó que “un aspecto muy importante de la personalidad del Doctor José Gregorio Hernández fue, sin duda, su viva fe católica y su intensa práctica religiosa. Él es un ejemplo de la coherencia, compatibilidad y armonía de la fe cristiana con la ciencia. Y no podría ser de otra manera, pues el tesoro de la fe y la ciencia llevan ambas el conocimiento de verdad, reflejo del mismo Dios, la suma y esplendorosa verdad”.
Las palabras del Purpurado Metropolitano se produjeron durante una sesión solemne que en esta fecha se realizó en el auditorio del Palacio de las Academias de Caracas, en el que la Academia Nacional de Medina conjuntamente con la comisión nacional por los 150 años del natalicio del Doctor José Gregorio Hernández, honraron la memoria del Venerable “Médico de los pobres y cristiano ejemplar”.
El evento contó no sólo con la presencia del Cardenal Urosa, postulador de la causa de beatificación del Doctor Hernández, sino también del vice postulador, Monseñor Fernando Castro Aguayo, además del Doctor Miguel Yáber y otros miembros de la comisión nacional que impulsan la beatificación del médico nacido en Isnotú el 26 de octubre de 1864, y que falleció en Caracas, el 29 de junio de 1913.
También participaron integrantes de la Academia Nacional de Medicina como el presidente entrante, Doctor Harry Acquatella Monserrate, electo para el bienio 2014-2016; y el presidente saliente Doctor Rafael Muci-Mendoza que tuvo las palabras de bienvenida. Además de miembros de la junta directiva: Leopoldo Briceño-Iragorry; Guillermo Colmenares Arreaza; Miguel González Guerra y José Miguel Avilán Rovira.
El Cardenal expresó que la sesión solemne fue una loable iniciativa de esta academia.  “Aporta de esta manera una brillante contribución a los actos del Sesquicentenario que diversas instituciones han organizado para honrar la figura y difundir la memoria y obra de este gran médico, investigador, profesor universitario, ciudadano ejemplar y sobresaliente hijo de la Iglesia que fue el Doctor Hernández, entre otras cosas, miembros fundador de  la academia”, dijo en un recinto atento a sus palabras.
El Arzobispo de Caracas reconoció que este cuerpo académico se ha distinguido siempre por la “altísima” calidad de sus miembros y directivos. “Adornados con grandes conocimientos médicos, alta sensibilidad moral y excelente trayectoria cívica, ha impulsado y orientado las actividades médica en Venezuela”, expresó.
De igual manera sostuvo que gracias a la Academia, la medicina en el país “ha alcanzado altísimos niveles de calidad… y al mismo tiempo ha mantenido siempre una profunda consideración ética, la ley moral, que debe siempre dirigir las acciones de todos los seres humanos. Recordando al Doctor José Gregorio Hernández, expresó: “La ley moral es la regla que debe dirigir los actos del ser inteligente y libre”.
Luego de las palabras del Arzobispo de Caracas, la  sesión  permitió conocer cuatro ponencias que resaltaron las virtudes familiares, científicas, sociales, religiosas, entre otros aspectos, del Venerable médico trujillano. La primera correspondió al Doctor Pedro Ignacio Carvallo Álvarez con el tema familiar: “José Gregorio pasó a la historia no solo por sus contribuciones de trascendencia sino que fue querido por el pueblo que reconoció en él a un ser humanos excepcional”, dijo.
Prosiguió la Doctora Emely  Karam, miembro de la academia con el número 18, quien habló de “José Gregorio como Académico”. Tras abordar aspectos de su devenir formativo e investigativo, indicó que “reunía todas esas cualidades y aún más, por lo que debe ser considerado un real y merecido Académico de la Medicina”.
Karam destacó que a través de los años El Venerable sigue siendo un ejemplo a seguir. “Muchas cátedras, premios médicos, hospitales, así lo testimonian llevando dignamente su nombre. José Gregorio Hernández desapareció físicamente, pero vive cada día en nuestros corazones como se ve reflejado en la fe y devoción que siente nuestro pueblo ante el Venerable hombre de virtudes”, expuso.
Por su parte, el Doctor Huníades Urbina, miembro correspondiente nacional número 39, expuso la conferencia: “José Gregorio Hernández como científico”. Como pariente del Doctor Hernández relató experiencias y anécdotas del seno familiar además del compromiso que representa estar marcado por un hombre de Dios que transitó por los caminos de la ciencia, y en una familia concreta a la que quiso y amó hasta el final.
Hacia el final de su ponencia expresó de manera muy sentida: “En la familia, quizás hemos sido indiferentes a esta figura, probablemente debido al fanatismo popular, que nos ha llevado a adoptar una actitud defensiva, evasiva, optando por alejarnos, restándoles importancia, no interesándonos, dándonos cuenta y aceptando que el mismo pueblo nos haya arrebatado a nuestro familiar, pero al estudiarlo, y conocer lo que fue su vida caemos en cuenta de nuestro error. Debemos sentirnos bendecidos al saber que “Grego” sea nuestro familiar.
Le siguió en el orden el Doctor Marco Sorgi Venturooni, miembro correspondiente nacional número 34. Este profesional de la medicina habló del tema: Doctor José Gregorio Hernández como profesor universitario.
Finalmente, el Doctor Harry Acquatella, agradeció a todos por sus valiosas intervenciones. Reconoció que como se había presentado en las ponencias de esta sesión, el Doctor Hernández “desarrolló un movimiento científico de gran avance para su tiempo con la creación de nuevas cátedras en la Universidad, dedicado a la mejoría de la atención médica hospitalaria, y al desarrollo de nuevos enfoques en la investigación médica de nuestro país... y su labor más crucial y hermosa fue el apostolado que ejerció por su dedicación al cuidado y servicio de los más necesitados”.

La sesión solemne cerró con una variedad de interpretaciones por parte de la Coral de la Universidad Central de Venezuela en honor al Doctor José Gregorio Hernández.