martes, 30 de diciembre de 2014

Mensaje de Año Nuevo Cardenal Jorge Urosa

Felicidad y Renovación Espiritual
MENSAJE DE AÑO NUEVO 2015
Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas
A los venerables sacerdotes, a los diáconos y miembros de institutos de vida consagrada, y a todos los fieles 

Queridos hermanos y hermanas:
1.      Al inicio de este año 2015, me complace enviarles un mensaje de esperanza, de optimismo y de paz. Cada 1º de enero renacen en nuestros corazones los anhelos de felicidad. Y para que seamos felices a pesar de nuestras fallas humanas, nos envió Dios a su Hijo único Jesucristo, cuyo nacimiento acabamos de celebrar en Navidad, para que nos enseñara el camino a la felicidad y, al redimirnos de nuestros pecados, nos diera de nuevo la posibilidad de alcanzarla.

2.      La felicidad es la plenitud del gozo, la satisfacción de nuestros más puros anhelos, la paz plena y la unión con Dios. En el sermón de la montaña Jesucristo nos indica el camino hacia la felicidad: “Dichosos los pobres en el espíritu…dichosos los limpios de corazón...dichosos los misericordiosos…dichosos los que trabajan por la paz…dichosos serán cuando por mi causa los persigan…Alégrense y regocíjense, pues su recompensa será grande en el Cielo” (Cfr. Mt 5, 1-12). Y más tarde, Cristo resume esas enseñanzas cuando nos dice: “dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11, 28).
RENOVACIÓN MORAL
Queridos hermanos:
3.      Si queremos ser felices tenemos ineludiblemente que poner en práctica la Palabra de Dios, que nos invita a amar al prójimo, a ser honestos, a respetar la familia y el matrimonio, a rechazar el odio y la violencia, y trabajar por la paz. Es decir, a superar con una vida recta, santa y justa, las dificultades que vamos encontrando en la vida. Pues bien: muchos analistas nos dicen que este año 2015 va a ser particularmente difícil para los venezolanos, debido a graves dificultades de orden político, económico y social. Generalmente, las causas de esas dificultades son las conductas erradas de las personas: el olvido de Dios y la indiferencia religiosa, el odio y el egoísmo, el afán de lucro y la idolatría del dinero, el ansia de poder y la soberbia política, el desenfreno de las pasiones, el ocio y la pereza…

4.      Lo repito una vez más: el país necesita urgentemente el diálogo y la concertación, a fin de resolver nuestros conflictos de manera pacífica, descartando la violencia. Pero más allá de las medidas políticas, económicas y sociales que se deben necesariamente implementar en Venezuela para solucionar los graves problemas que tenemos, es necesario que los venezolanos, y en especial los católicos, nos acerquemos más a Dios, y dejemos a un lado los vicios y pecados que nos han llevado a esta situación. Si queremos ser felices tenemos que renovarnos espiritualmente.

5.      De manera particular los exhorto a fortalecer nuestra práctica religiosa: escuchemos la voz del Señor que nos llama a la conversión, a vivir de acuerdo a su Palabra, a participar en la Santa Misa dominical, a orar incesantemente, a guardar y cumplir los Mandamientos de la Ley de Dios. El camino del pecado, del desorden, del relajo afectivo-sexual, no es el camino de la felicidad. Si queremos ser felices hemos de agarrarnos de la mano de Dios y caminar con El, escuchando y cumpliendo su palabra.

6.      Los invito, pues a buscar a Dios de todo corazón. A mis hermanos sacerdotes, y miembros de institutos de vida consagrada, a los laicos comprometidos con el Señor y con la vida de la Iglesia, los invito a intensificar la acción evangelizadora y pastoral en nuestra Arquidiócesis de Caracas, a fin de ofrecer a nuestros fieles la posibilidad de encontrarse con el Señor: en la Palabra viva, en las celebraciones litúrgicas, en la recepción de los santos sacramentos en la fraternidad y solidaridad. Venezuela, y especialmente Caracas, necesita una intensa renovación espiritual ¡Vamos a promoverla¡ Seamos cada vez más fieles a nuestra excelsa condición de hijos de Dios discípulos y hermanos de Jesucristo, y miembros de nuestra Santa Iglesia Católica.
Mis queridos hermanos:
7.      El 1º de enero la Iglesia celebra la solemnidad de María, Madre de Dios. Comencemos, pues el año bajo la protección de María Santísima de Coromoto, nuestra madre celestial. Por su maternal intercesión pidámosle a Dios por nuestras familias, por los jóvenes y los niños, por los presos de toda clase, por los enfermos, por las víctimas de la inseguridad, por los que sufren en cualquier forma. Y pidámosle sobre todo, que los venezolanos podamos resolver nuestros conflictos de manera pacífica.
CON MI AFECTUOSA BENDICIÓN LES DESEO A TODOS  UN AÑO 2015 MUY FELIZ EN EL SEÑOR.
Caracas, 30 de diciembre de 2014

+JORGE L. UROSA SAVINO,
CARDENAL ARZOBISPO DE CARACAS


Se agradece a todos los sacerdotes leer este mensaje a los fieles en todas las Misas celebradas en las Iglesias parroquiales y filiales de Caracas, el fin de semana 3 y 4 de enero de 2015.

martes, 23 de diciembre de 2014

Mensaje de Navidad de Monseñor Saul Figueroa Obispo de Puerto Cabello

NO TEMAN, PUES LES ANUNCIO UNA GRAN ALEGRÍA, QUE LO SERÁ PARA TODO EL PUEBLO: HOY EN LA CIUDAD DE DAVID LES HA NACIDO UN SALVADOR, QUE ES CRISTO EL SEÑOR (LC 2,10-11)


Mis queridos hermanos y hermanos

El Santo Padre Francisco en su primera Exhortación Apostólica ha hablado de la ALEGRÍA de evangelizar. Y esta alegría  brota de la convicción y certeza de que Dios está con nosotros desde la primera Navidad. Por ello los ángeles anunciaron a los pastores no solo el nacimiento de Jesucristo sino sobre todo la alegría de contar con él para siempre pase lo que pase: Les anuncio una gran alegría

 Los cristianos al celebrar el natalicio de Jesucristo, lo hacemos  con inmensa alegría y gratitud, por la  bondad que  Dios Padre celestial ha tenido al  enviarnos a su Único Hijo para que, hecho hombre por nosotros, nos liberara del pecado y nos diera la salvación El centro de la Navidad es Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, Dios con nosotros, que es “el camino la verdad y la vida”. La Navidad es una fiesta esencialmente religiosa. Y en Navidad Jesús nos invita a recibirlo en nuestros corazones con una fe viva, acompañada por las obras, el intenso amor a Dios y a nuestros hermanos. Nos invita a creer en El, para que tengamos vida, ¡y vida eterna!

Tendremos una Navidad feliz y útil si afrontamos el reto de vivir como hijos de Dios, de vivir como hermanos, practicando la solidaridad, rechazando el mal en todas sus formas, perdonando a quienes nos ofenden, trabajando por el país, luchando por los derechos humanos, la libertad y la justicia.

Más allá, pues, de los festejos de estos días, vivamos una Navidad auténtica y religiosa, no frívola ni pagana, realmente provechosa. ¡Llenémonos de Dios! Vivamos esta Navidad con gratitud al Señor y celebrémosla en familia con una actitud realmente cristiana. ¡Tengamos el Nacimiento en nuestros hogares! Acerquémonos al sacramento de la reconciliación y participemos en la Santa Misa el 25 de diciembre y el 1º de enero, que son días de precepto, recibiendo la sagrada comunión, y, por supuesto, todos los domingos, que son el Día del Señor, de Cristo resucitado.

Queridos hermanos y hermanas: Que el Señor conceda a todos ustedes una Navidad   alegre con la convicción de que Dios nos amó primero en el Niño Jesús. ¡A todos les deseo una Navidad feliz! Con mi bendición episcopal,

+SAÚL FIGUEROA,
OBISPO DE PUERTO CABELLO


PUERTO CABELLO, 22  DE DICIEMBRE DE 2014