viernes, 29 de mayo de 2015

Cardenal Urosa insiste en “el dialogo y el encuentro fraterno en Venezuela”

Cardenal Urosa insiste en “el dialogo y el encuentro fraterno en Venezuela”


El Arzobispo de Caracas se pronunció en torno a la huelga de hambre de los presos políticos e indicó que en Venezuela se debe tomar en cuenta la propuesta hecha por el Papa Francisco: el dialogo

Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic

Me preocupa muchísimo que ellos tengan que llegar a ese extremo para ser oídos. Creo que es un signo de que la situación política del país no ha mejorado en los últimos meses”, dijo el cardenal Jorge Urosa Savino con motivo de la huelga de hambre que desde el 23 de mayo cumple en la cárcel de Ramo Verde, Los Teques (Venezuela), el dirigente opositor Leopoldo López. Huelga a la que se han sumado el ex alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos en la Penitenciaría General de Venezuela (estado Guárico); Raúl Emilio Baduel y Ricardo Tirado en la cárcel de Tocuyito (Carabobo); y el diputado Julio Ribas junto a cuatro estudiantes universitarios, frente a la Iglesia “Nuestra Señora de Guadalupe”, en Caracas.

“En enero de 2015 la Conferencia Episcopal Venezolana publicó un extenso documento sobre la crisis global que vive Venezuela, económica, político y social. Allí hacíamos recomendaciones para la resolución de esta crisis, y hacíamos un nuevo e insistente llamado al diálogo, argumentó el Cardenal Urosa.

“Lamentablemente la respuesta del gobierno ha sido otra: no escuchar a quienes disienten de su línea política, y endurecer su actitud contra el empresariado, culpándolos de una supuesta guerra económica”, sostuvo.

“Esto se refleja también en el maltrato que sufren los presos políticos, con las vejaciones, humillaciones, castigos frecuentes y agresiones, que pueden considerarse como torturas psicológicas, la prohibición de visitas por parte de la familia, la restricción de las visitas. Eso viola sus derechos humanos, y va en contra de la dignidad de la persona humana”.
El arzobispo recordó que el presidente Chávez y sus compañeros, cuando estaban presos en Yare, podían recibir todo tipo de visitas. “Se ha adoptado ahora una línea severísima, casi  medieval, contra esas personas. Y recordemos que todavía hay cerca de 70 personas presas por  acusaciones con motivo de las manifestaciones del año pasado”, indicó.

¿Qué haría falta para aliviar la tensión política?
“Me parece que la primera medida es la que ha indicado el Papa Francisco ya en varias ocasiones con motivo de la crisis venezolana: el diálogo. Además, bajar el tono ardiente del discurso. Dejar el enfrentamiento y la radicalización, que no conducen a nada”.
“Creo que es necesario, también, liberar a los presos políticos o, en cualquier hipótesis, juzgarlos en libertad, tal como está prescrito por el Código Orgánico Procesal Penal. Y luego, respetar el debido proceso judicial y desterrar el maltrato carcelario a quienes estén en prisión. Ceballos, Leopoldo y las otras personas presas por actos vinculados a acciones políticas, no merecen ese maltrato, ningún preso lo merece. La masacre de Uribana no se ha esclarecido. Eso clama al cielo. Y otra cosa, que crea profunda preocupación, hay que fijar la fecha de las elecciones parlamentarias, para que puedan efectuarse  en condiciones adecuadas”.

¿Cuál debería ser la actitud hacia el empresariado?
“La misma actitud fundamental de diálogo. Por ejemplo, tener en cuenta la carta dirigida por Lorenzo Mendoza, presidente de Polar, al Presidente Maduro. Es preciso que el Gobierno escuche  a los empresarios, atienda a sus justas peticiones, y tenga en cuenta  sus sugerencias para salir de esta crisis económica que ha disparado la inflación y extremado la escasez de alimentos medicinas y repuestos de todo tipo. Y dejar de amedrentarlos con prisión, que es a todas luces injusta. Repito: si alguien comete algún delito, debe ser juzgado en libertad, tal como lo postula la ley”.

¿Que otras medidas se deberían tomar?
En el campo de lo social es preciso, por una parte intensificar los esfuerzos por controlar la inseguridad y reducir la delincuencia a la mínima expresión. La inseguridad es terrible. No se nota mejoría. Por otra parte, es preciso solucionar la gravísima escasez de artículos de primera necesidad que angustia a la población, que ha dado origen a la altísima especulación del bachaqueo. Todo esto va generando en la gente un disgusto cada vez mayor, que se traduce frecuentemente en actos de violencia en los supermercados. Hay que tener mucho cuidado con este problema.

¿Algún otro comentario?
Espero que cesen las causas de la huelga de hambre de Leopoldo, Ceballos y las personas que se han sumado a ella. Y que la manifestación convocada para mañana sábado sea pacífica, tanto por parte de los manifestantes, como por parte de las fuerzas de seguridad del estado, que están obligadas a garantizar la seguridad de la concentración, e impedir cualquier tipo de violencia.

Finalmente, el cardenal Urosa elevó sus oraciones a Dios indicando “que todos queramos trabajar por la paz, y que se atiendan las sugerencias y observaciones que hacemos los Obispos venezolanos, en nuestra función de constructores de la paz. Insistimos en el diálogo y el encuentro”.


FOTO REFERENCIA: El Cardenal Urosa emite declaraciones en torno a la huelga de hambre de los presos políticos y situación de Venezuela. Foto: RAP.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Santísima Trinidad

Solemnidad de la Santísima Trinidad

Domingo 31 de mayo

El dogma de la Trinidad

 “La Trinidad” es el término empleado para designar la doctrina central de la religión cristiana: la verdad de que en la unidad de la Divinidad, hay Tres Personas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, que son verdaderamente distintas una de la otra.

De este modo, en palabras del Credo de Atanasio: "El Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, y, sin embargo, no hay tres Dioses sino uno solo". En esta Trinidad de Personas, el Hijo es engendrado del Padre por una generación eterna, y el Espíritu Santo procede por una procesión eterna del Padre y el Hijo. Sin embargo, y a pesar de esta diferencia en cuanto al origen, las Personas son co-eternas y co-iguales: todos semejantes no creados y omnipotentes. Esto, enseña la Iglesia, es la revelación respecto a la naturaleza de Dios que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a la tierra a entregarle al mundo, y la que la Iglesia propone al hombre como el fundamento de todo su sistema dogmático.

En la Escritura, aún no hay ningún término por el cual las Tres Personas Divinas sean designadas juntas. La palabra trias (de la cual su traducción latina es trinitas) fue primeramente encontrada en Teófilo de Antioquía (c. 180 d.C.). El habla de "la Trinidad de Dios (el Padre), el Verbo y su Sabiduría ("Ad. Autol.", II, 15, P.G. VI, 78). El término, por supuesto, pudo haber sido usado antes de su tiempo. Más tarde aparece en su forma en latín de trinitas en Tertuliano ("De pud". C. XXI). En el siglo siguiente la palabra fue de uso general. Se encuentra en muchos pasajes de Orígenes ("In Ps. XVII", 15). El primer credo en el cual aparece es en el del discípulo de Orígenes, San Gregorio Taumaturgo. En su Ekthesis tes pisteos compuesta entre los años 260 and 270, escribe:
“Por lo tanto, no hay nada creado, nada sujeto a otro en la Trinidad; ni tampoco hay nada que haya sido añadido como si alguna vez no hubiese existido, sino que ingresó luego. Por lo tanto, el Padre nunca ha estado sin el Hijo, ni el Hijo sin el Espíritu, y esta misma Trinidad es inmutable e inalterable por siempre.” (P.G., X, 986).


Es evidente que un dogma tan misterioso presupone una revelación Divina. Cuando el hecho de la revelación, entendido en su sentido pleno como el discurso de Dios al hombre, ya no es aceptado, el rechazo a la doctrina le sigue como consecuencia necesaria. Por esta razón no tiene lugar en el protestantismo liberal de hoy día. Los escritores de esta escuela sostienen que la doctrina de la Trinidad, según profesada por la Iglesia, no aparece en el Nuevo Testamento, sino que fue formulada por primera vez en el siglo II, y que recibió su aprobación final en el siglo IV, como resultado de las controversias arrianas y macedonias. 

En vista de esta afirmación es necesario considerar con algún detalle la evidencia ofrecida por las Sagradas Escrituras. Recientemente se han hecho algunos intentos por aplicar las teorías más extremas de la religión comparada a la doctrina de la Trinidad, y por explicarla mediante una ley imaginaria de la naturaleza que urge a los hombres a agrupar los objetos de su culto en grupos de tres. Parece innecesario dar más de una referencia a estas opiniones extravagantes, que los pensadores serios de cada escuela rechazan como carentes de fundamento.

martes, 26 de mayo de 2015

Arquidiócesis de Caracas Celebró Pentecostés 2015

Cardenal Urosa pidió a los feligreses: “No sucumbir ante el Becerro de Oro”


¡Arquidiócesis de Caracas Celebró Pentecostés 2015!

La Iglesia venezolana también renovó la fe en Jesucristo con celebraciones en todas las arquidiócesis y diócesis del país

Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Fotos Cortesía de María Elena Barrios

Caracas, 26 de mayo de 2015.- “Hay un mal que es gravísimo en el mundo moderno que es la idolatría de lo material: la adoración del Becerro de Oro. El mundo occidental se inclina muchísimo hacia esto (…) necesitamos que el Señor nos envíe el Espíritu Santo para que nos libre de esa tentación del dinero, del vil metal”.

Fueron las palabras del Cardenal Jorge Urosa Savino durante la eucaristía que presidió este 24 de mayo, en la parroquia “Sagrada Familia de Nazaret” y “San José María Escrivá de Balaguer”, en La Tahona, con motivo de la festividad de Pentecostés 2015.

“Hoy celebramos el envío del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, reunidos con María Santísima en el Cenáculo. En la sagrada Liturgia, Jesucristo Nuestro Señor renueva para la Iglesia de hoy el misterio de Pentecostés. Aquella efusión del Espíritu Santo que había comunicado a sus apóstoles el domingo de Pascua, la renovó y manifestó visiblemente el Señor en la fiesta judía de Pentecostés”.

Durante la celebración estuvieron presentes el obispo auxiliar de Caracas Monseñor Fernando Castro Aguayo, Monseñor Nicolás Bermúdez, obispo emérito; el párroco del lugar, padre Noel Franceschi, y los rectores de los seminarios “Santa Rosa de Lima” y “Redemptoris Mater”, presbíteros Francisco Morales y César Hernández, respectivamente; además de José Antonio Sabino, superior de los Padres Eudistas en Venezuela, además de numerosos seminaristas y religiosas.

“El efecto fue sorprendente” - dijo - “aquellos hombres que estaban todavía encerrados en sí mismos, llenos de temor, comprendieron plenamente el mensaje de Jesús, y comenzaron de inmediato a anunciar al mundo entero las maravillas del Reino de Dios, el gozo de la salvación, el perdón de los pecados, el advenimiento de un mundo nuevo”.

Agregó que esta solemnidad de la Iglesia es celebrada en el mundo entero, y en ella, “el Señor renueva para nosotros la acción del Espíritu Santo para que vivamos según el Espíritu de Dios, que es el espíritu del amor, de la luz, de la paz, de la salvación y de la felicidad”. Igualmente recordó que en Venezuela, la iglesia celebra Pentecostés conjuntamente con el “Día del Seminario”, para fortalecer los espacios donde reciben formación los futuros sacerdotes, indicó el arzobispo.

Hostilidad al cristianismo y a la Iglesia católica


“El Espíritu Santo es el que anima la vida en la Iglesia, y no cabe dudas que en los tiempos difíciles que vivimos en el mundo entero, necesitamos de la acción intensa del Espíritu de Dios sobre toda la Iglesia”, indicó Urosa.

Denunció que “nuestra época es de gran hostilidad al cristianismo, no solamente en los países del Medio Oriente donde los islamistas radicales arremeten y quieren asesinar a los cristianos”, sino también en Europa y en Norteamérica. “Hay una hostilidad cada vez mayor al cristianismo y en particular  a la Iglesia católica”, acentuó el arzobispo.

Tenemos que vivir según el Espíritu, que es vivir a plenitud la vida de Jesucristo”, dijo a los seminaristas presentes, mensaje con alcance al resto de la feligresía. Finalmente expresó que “la Iglesia en Venezuela necesita sacerdotes santos, semejantes al Obispo de San Salvador”, Monseñor  Oscar Arnulfo Romero, quien fue beatificado el 23 de mayo, siendo propuesto como modelo para toda la Iglesia en América latina y el mundo, dijo.

Seminaristas admitidos a las Sagradas Órdenes


Durante esta ceremonia el Arzobispo de Caracas autorizó la admisión de dos seminaristas: Ángel Boscán Corona y Esneiro José Reverón González, como candidatos a las órdenes sagradas, en la que se comprometieron a vivir en línea de lo que pide el Evangelio.

VIGILIA EN EL SEMINARIO. La noche del sábado una vigilia fue organizada en las instalaciones del Seminario “Santa Rosa de Lima”, de El Hatillo, al que asistió casi un millar de personas para orar, cantar y celebrar la “Venida del Espíritu Santo” sobre la Iglesia.

A esta actividad asistieron sacerdotes, seminaristas y feligreses, repasando con alegría y mucha fe, el momento en que se encontraban orando los apóstoles junto a la Virgen María y recibieron la infusión del Espíritu Santo. El capítulo 2 del libro Hechos de los Apóstoles narra este importante episodio de la naciente iglesia.

“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse”.

Pentecostes Juvenil Diocesano 30/5/2015



martes, 19 de mayo de 2015

Pentecostés, día del Seminario 24/5/2015

Domingo 24 de mayo

Fiesta de Pentecostés, día del Seminario


El día de la solemnidad de Pentecostés la Iglesia Católica celebra en toda Venezuela el "Día del Seminario", porque es la acción del Espíritu, la que debe dirigir la formación de los futuros sacerdotes y es su unción la que los identifica a Cristo. Este día es muy importante para nuestra Diócesis debemos tener presente la realidad de los Seminarios y  de nuestros Seminaristas para establecer un vínculo de cercanía por medio de la oración y de la solidaridad. Actualmente la pastoral vocacional hace un gran esfuerzo para formar a verdaderos sacerdotes, hoy día contamos con cuatro seminaristas porteños: Pedro Pérez, David Malpica, Eder Graterol y Mario Granadillo quienes cuentan con la generosidad de todos para salir adelante en su formación.

Es por ello que invitamos a todos los fieles católicos de nuestros municipios a apoyar a los Seminaristas con su valioso aporte en la COLECTA DE PENTECOSTÉS que se realizará en todas las Iglesias Parroquiales que integran nuestra Diócesis, este domingo 24 de mayo. En la Catedral San José como todos los domingos la misa será a las 8:00 de la mañana.

Pentecostés es una festividad universal de la Iglesia Católica, mediante la cual se conmemora el descendimiento del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, a los cincuenta días después de la Resurrección de Cristo, en el festival judío llamado "festejo de las semanas" o Pentecostés (Ex., xxxiv, 22; Deut., xvi, 10). En algunos lugares es llamado el "domingo de blanco" ("whitesunday") debido a los ropajes blancos que son portados por aquellos que son bautizados durante la vigilia.

Pentecostés ("Pfingsten" en alemán), es la denominación griega por "quincuagésimo", 50, días después de la Pascua. Se trata de una festividad cristiana que data del siglo primero, aunque no hay evidencia de que haya sido observada tan antiguamente como la Pascua, el pasaje en Corintios I (xvi, 8) probablemente se refiere a una festividad judía. Esto no es sorprendente ya que el festejo originalmente duraba un sólo día y se realizaba en domingo. Además estaba muy estrechamente relacionada con la Pascua de manera que se podría tratar de una actividad en la terminación pascual. 

 “Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo”. (Hechos de los Apóstoles 2, 1-5)

La fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante del año litúrgico en donde los cristianos tienen la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.  

lunes, 18 de mayo de 2015

Encuentro Provincial de Catequesis

Diócesis de Puerto Cabello anfitriona en Encuentro de Catequistas



El pasado viernes 15 de mayo, la Diócesis de Puerto Cabello fue sede del "Encuentro provincial de Catequesis", que se realizo en las instalaciones de la parroquia Nuestra Señora de La Caridad, en horas de la mañana y contó con la asistencia de representantes de Valencia, Maracay (Monseñor Rafael Conde), San Carlos y la participación especial de la coordinadora de Catequesis de la Conferencia Episcopal Venezolana; hermana Irene Nesii.



La actividad dio inicio con la presentación musical del charrito porteño Marcos Vilchez quien deleito a los presentes con su excelente voz, seguidamente el coordinador de catequesis de la diócesis anfitriona, padre Sergio Valentino Medina dio apertura formalmente al encuentro. 



Posteriormente el turno fue para Monseñor Saúl Figueroa Albornoz quien expuso sobre el tema, "Aspecto Social de la Catequesis", para el cual analizo los escritos de Juan Martin Barrios autor de la “Doctrina Social de la Iglesia” y de Mauro Marsich; “¿Cómo hacer catequesis hoy?”.


La doctrina social de la Iglesia nace del encuentro entre el plan que Dios tiene para redimir a todos los hombres y la situación histórica concreta. Nace del Anuncio divino, del Evangelio. No es una ideología ni una tercera vía.


“Comunicar la fe en época de cambio nos lleva a poner en diálogo diversos elementos: el nuevo contexto, los interlocutores, la finalidad de la catequesis, los métodos y herramientas, la formación de los agentes, la espiritualidad que anima y sostiene todo ello inmerso en una eclesiología renovada…”(Leticia Estrada, ‘Catequesis en época de cambio’)


Si catequizar, hoy, es sobre todo “evangelizar entonces, habrá que hacerlo con alegría, porque la Alegría del Evangelio escribe- Papa Francisco- llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. Además, habrá que evangelizar siempre porque todas las estaciones son aptas para ello y todos tienen que evangelizar a todos porque la Iglesia es constitutivamente misionera… (Mauro Marsich)



“Evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios. Pero «ninguna definición parcial o fragmentaria refleja la realidad rica, compleja y dinámica que comporta la evangelización, si no es con el riesgo de empobrecerla e incluso mutilarla». (Papa Francisco, Evangelii Gaudium)




Coordinadora de Catequesis de la Conferencia Episcopal Venezolana;
 hermana Irene Nesir.

Coordinador de catequesis de la diócesis de Puerto Cabello,
 padre Sergio Valentino Medina









jueves, 14 de mayo de 2015

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA XLIX JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES

Domingo 17 de mayo 2015


MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA XLIX JORNADA MUNDIAL
DE LAS COMUNICACIONES SOCIAL
ES
Comunicar la familia:
ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor

El tema de la familia está en el centro de una profunda reflexión eclesial y de un proceso sinodal que prevé dos sínodos, uno extraordinario –apenas celebrado– y otro ordinario, convocado para el próximo mes de octubre. En este contexto, he considerado oportuno que el tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales tuviera como punto de referencia la familia. En efecto, la familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicar. Volver a este momento originario nos puede ayudar, tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como a observar la familia desde un nuevo punto de vista.
Podemos dejarnos inspirar por el episodio evangélico de la visita de María a Isabel (cf. Lc 1,39-56). «En cuanto Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!”» (vv. 41-42).
Este episodio nos muestra ante todo la comunicación como un diálogo que se entrelaza con el lenguaje del cuerpo. En efecto, la primera respuesta al saludo de María la da el niño saltando gozosamente en el vientre de Isabel. Exultar por la alegría del encuentro es, en cierto sentido, el arquetipo y el símbolo de cualquier otra comunicación que aprendemos incluso antes de venir al mundo. El seno materno que nos acoge es la primera «escuela» de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá. Este encuentro entre dos seres a la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es nuestra primera experiencia de comunicación. Y es una experiencia que nos acomuna a todos, porque todos nosotros hemos nacido de una madre.
Después de llegar al mundo, permanecemos en un «seno», que es la familia. Un seno hecho de personas diversas en relación; la familia es el «lugar donde se aprende a convivir en la diferencia» (Exort. ap. Evangelii gaudium, 66): diferencias de géneros y de generaciones, que comunican antes que nada porque se acogen mutuamente, porque entre ellos existe un vínculo. Y cuanto más amplio es el abanico de estas relaciones y más diversas son las edades, más rico es nuestro ambiente de vida. Es el vínculo el que fundamenta la palabra, que a su vez fortalece el vínculo. Nosotros no inventamos las palabras: las podemos usar porque las hemos recibido. En la familia se aprende a hablar la lengua materna, es decir, la lengua de nuestros antepasados (cf. 2 M7,25.27). En la familia se percibe que otros nos han precedido, y nos han puesto en condiciones de existir y de poder, también nosotros, generar vida y hacer algo bueno y hermoso. Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia de comunicarse y de comunicar; y, más en general, es el paradigma de toda comunicación.
La experiencia del vínculo que nos «precede» hace que la familia sea también el contexto en el que se transmite esa forma fundamental de comunicación que es la oración. Cuando la mamá y el papá acuestan para dormir a sus niños recién nacidos, a menudo los confían a Dios para que vele por ellos; y cuando los niños son un poco más mayores, recitan junto a ellos oraciones simples, recordando con afecto a otras personas: a los abuelos y otros familiares, a los enfermos y los que sufren, a todos aquellos que más necesitan de la ayuda de Dios. Así, la mayor parte de nosotros ha aprendido en la familia la dimensión religiosa de la comunicación, que en el cristianismo está impregnada de amor, el amor de Dios que se nos da y que nosotros ofrecemos a los demás.
Lo que nos hace entender en la familia lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y construcción de proximidad es la capacidad de abrazarse, sostenerse, acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos, entre personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas para las otras. Reducir las distancias, saliendo los unos al encuentro de los otros y acogiéndose, es motivo de gratitud y alegría: del saludo de María y del salto del niño brota la bendición de Isabel, a la que sigue el bellísimo canto del Magnificat, en el que María alaba el plan de amor de Dios sobre ella y su pueblo. De un «sí» pronunciado con fe, surgen consecuencias que van mucho más allá de nosotros mismos y se expanden por el mundo. «Visitar» comporta abrir las puertas, no encerrarse en uno mismo, salir, ir hacia el otro. También la familia está viva si respira abriéndose más allá de sí misma, y las familias que hacen esto pueden comunicar su mensaje de vida y de comunión, pueden dar consuelo y esperanza a las familias más heridas, y hacer crecer la Iglesia misma, que es familia de familias.
La familia es, más que ningún otro, el lugar en el que, viviendo juntos la cotidianidad, se experimentan los límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia, del ponerse de acuerdo. No existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos; hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón. El perdón es unadinámica de comunicación: una comunicación que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y acogido, se puede reanudar y acrecentar. Un niño que aprende en la familia a escuchar a los demás, a hablar de modo respetuoso, expresando su propio punto de vista sin negar el de los demás, será un constructor de diálogo y reconciliación en la sociedad.
A propósito de límites y comunicación, tienen mucho que enseñarnos las familias con hijos afectados por una o más discapacidades. El déficit en el movimiento, los sentidos o el intelecto supone siempre una tentación de encerrarse; pero puede convertirse, gracias al amor de los padres, de los hermanos y de otras personas amigas, en un estímulo para abrirse, compartir, comunicar de modo inclusivo; y puede ayudar a la escuela, la parroquia, las asociaciones, a que sean más acogedoras con todos, a que no excluyan a nadie.
Además, en un mundo donde tan a menudo se maldice, se habla mal, se siembra cizaña, se contamina nuestro ambiente humano con las habladurías, la familia puede ser una escuela de comunicación como bendición. Y esto también allí donde parece que prevalece inevitablemente el odio y la violencia, cuando las familias están separadas entre ellas por muros de piedra o por los muros no menos impenetrables del prejuicio y del resentimiento, cuando parece que hay buenas razones para decir «ahora basta»; el único modo para romper la espiral del mal, para testimoniar que el bien es siempre posible, para educar a los hijos en la fraternidad, es en realidad bendecir en lugar de maldecir, visitar en vez de rechazar, acoger en lugar de combatir.
Hoy, los medios de comunicación más modernos, que son irrenunciables sobre todo para los más jóvenes, pueden tanto obstaculizar como ayudar a la comunicación en la familia y entre familias. La pueden obstaculizar si se convierten en un modo de sustraerse a la escucha, de aislarse de la presencia de los otros, de saturar cualquier momento de silencio y de espera, olvidando que «el silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido» (Benedicto XVI,Mensaje para la XLVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 enero 2012). La pueden favorecer si ayudan a contar y compartir, a permanecer en contacto con quienes están lejos, a agradecer y a pedir perdón, a hacer posible una y otra vez el encuentro. Redescubriendo cotidianamente este centro vital que es el encuentro, este «inicio vivo», sabremos orientar nuestra relación con las tecnologías, en lugar de ser guiados por ellas. También en este campo, los padres son los primeros educadores. Pero no hay que dejarlos solos; la comunidad cristiana está llamada a ayudarles para vivir en el mundo de la comunicación según los criterios de la dignidad de la persona humana y del bien común.
El desafío que hoy se nos propone es, por tanto, volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información. Esta es la dirección hacia la que nos empujan los potentes y valiosos medios de la comunicación contemporánea. La información es importante pero no basta, porque a menudo simplifica, contrapone las diferencias y las visiones distintas, invitando a ponerse de una u otra parte, en lugar de favorecer una visión de conjunto.
La familia, en conclusión, no es un campo en el que se comunican opiniones, o un terreno en el que se combaten batallas ideológicas, sino un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad y un sujeto que comunica, una «comunidad comunicante». Una comunidad que sabe acompañar, festejar y fructificar. En este sentido, es posible restablecer una mirada capaz de reconocer que la familia sigue siendo un gran recurso, y no sólo un problema o una institución en crisis. Los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, en lugar de una realidad concreta que se ha de vivir; o como si fuera una ideología de uno contra la de algún otro, en lugar del espacio donde todos aprendemos lo que significa comunicar en el amor recibido y entregado. Narrar significa más bien comprender que nuestras vidas están entrelazadas en una trama unitaria, que las voces son múltiples y que cada una es insustituible.
La familia más hermosa, protagonista y no problema, es la que sabe comunicar, partiendo del testimonio, la belleza y la riqueza de la relación entre hombre y mujer, y entre padres e hijos. No luchamos para defender el pasado, sino que trabajamos con paciencia y confianza, en todos los ambientes en que vivimos cotidianamente, para construir el futuro.
Vaticano, 23 de enero de 2015
Vigilia de la fiesta de San Francisco de Sales.
Francisco

Domingo 17 de mayo. Ascensión del Señor

Ascención
La Ascensión del  Señor
A los cuarenta días después de la Resurrección habiendo instruido a sus Apóstoles sobre la nobilísima misión de establecer el Reino de Dios en el mundo, Jesús iba a subir al cielo, donde le esperaban las glorias celestiales. Bendijo a su querida Madre, a los Apóstoles y discípulos y se despidió de ellos. Una nube lo ocultó de sus miradas.
Le acompañaban innumerables espíritus, los primeros frutos de la redención, que Él había sacado del Limbo. Las jerarquías angélicas salían al encuentro del Salvador del mundo.
Al situarse junto al Padre, toda la corte celestial entonó un himno glorioso de alabanza, como el que oyó Juan en sus visiones: "Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, la honra, la gloria y la alabanza" (Ap 5, 12).
Jesús entró en los cielos para tomar posesión de su gloria. Mientras estaba en la tierra, gustaba siempre de la visión de Dios; pero únicamente en la Transfiguración se manifestó la gloria de su Humanidad Sacratísima, que, por la Ascensión, se colocó al lado del Padre celestial y quedó ensalzada sobre toda criatura humana.
La noche antes de morir oraba Jesús al Padre diciendo: "Te he glorificado en la tierra, cumpliendo la obra que me habías encargado. Ahora tú, Padre, dame junto a ti la misma Gloria que tenía a tu lado desde antes que comenzara el mundo" (Juan 17, 4).
Por estar unida al Verbo Divino, que es la segunda persona de la Santísima Trinidad, la Humanidad de Jesús disfruta del derecho a la gloria eterna. Comparte con el Padre la infinita felicidad y poder de Dios. Justa recompensa por todo lo que hizo y mereció en la tierra. Humanidad elevada al Cielo por encima de toda criatura, porque en la tierra por debajo de todo se humilló.
Cuando acabe la lucha en esta vida, Jesús nos dará la gracia de compartir eternamente el gozo de su victoria.
Jesús subió a los cielos para ser nuestro Mediador ante el Padre. Allí está intercediendo por nosotros. Subió para rendir cuentas al Padre celestial de la gran obra que había acabado en la tierra. La Iglesia nació, la gracia brota en abundancia de su Cruz en el Calvario y se distribuye por los Sacramentos, la duda de justicia es pagada, la muerte y el infierno son vencidos, el Cielo es abierto y el hombre es puesto en el camino de salvación. Jesús merecía este glorioso recibimiento, al regresar a su hogar.
La Ascensión, además, es garantía de nuestra propia subida al Cielo, después del Juicio de Dios. Fue a prepararnos sitio en su Reino y prometió volver para llevarnos con Él.
Vayamos en espíritu con Jesús al Cielo y moremos allí. Sea esta nuestra aspiración ahora en fe, esperanza en caridad. Busquemos solamente los gozos verdaderos.
Lo vieron levantarse   (Hc  1, 1-11)
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.
Una vez que comían juntos, les recomendó: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.» Ellos lo rodearon preguntándole:- «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Jesús contestó: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.»
Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:- «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»
Palabra de Dios. 
Novena de la Ascensión

Palabra de Dios
Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. (Marcos 16, 19)
Por eso dice: Subiendo a la altura, llevó cautivos y dio dones a los hombres. (Ef 4,8 y Sal 68, 19)
Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra. (Col 3, 1-2)
Oración propia de la Novena
Jesús, te rindo homenaje en la fiesta de tu Ascensión a los Cielos. Me alegro de todo corazón por la gloria en que has entrado a reinar como Señor del Cielo y tierra. Cuando acabe la lucha de este mundo, dame la gracia de compartir en el Cielo el gozo de tu victoria por toda la eternidad.
Yo creo que entraste en tu Reino glorioso a preparar mi sitio, pues prometiste volver y llevarme contigo. Concédeme buscar solamente la dicha de tu amor y amistad, para que yo merezca unirme contigo en el Cielo.
Cuando me llegue la hora de subir y presentarme al Padre para rendir cuentas de mi vida, ten compasión de mí.
Jesús, por el amor que me tienes, me has trasladado del mal al bien y de la desgracia a la felicidad. Dame la gracia de elevarme sobre mi debilidad humana. Que tu Humanidad me dé fuerza en la flaqueza y me libre de los pecados.
Con tu gloria dame ánimo de perseverancia, pues me has llamado y justificado por la fe. Que yo profundice en la vida que me has dado y alcance los premios eternos que prometes.
Tu me amas, buenísimo Jesús. Haz que yo a mi vez te ame. Te pido ahora esta gracia en particular (mencione el favor que desea).
En tu constante providencia, guía mis pasos a la vida gloriosa que has preparado para aquellos que te aman. Hazme crecer en santidad y darte gracias, viviendo fielmente para Ti.

Alabanza a Jesús glorioso

Te alabo, Corazón de Jesús amadísimo, Fuente de toda bondad.
Te alabo, Corazón de Jesús, todo bondad, por las infinitas gracias que has dado y seguirás dando a las almas de los justos
Te alabo, Corazón de Jesús, por el tierno amor con que has aliviado tan frecuentemente los corazones devotos con tu divino consuelo.
Te alabo, Corazón de Jesús, que eres todo amor, por la plenitud de tu gracia, el esplendor de tus virtudes, la generosidad de tu corazón y la pureza de tu amor.
Te alabo, Real Corazón de Jesús por tu victoria sobre la muerte y el pecado, tu poder sobre las almas y el triunfo sobre la muerte y el pecado, tu poder sobre las almas y el triunfo sobre vivos y difuntos.
Te alabo, Corazón tan pobre siendo tan rico, por haber despreciado las riquezas terrenas y haber renunciado a los honores mundanales.
Te alabo, Corazón de Jesús obedientísimo por tener hambre de cumplir la voluntad del Padre, y estar sediento de la mayor gloria de Dios y salvación de las almas.
Te alabo, Corazón de Jesús generosísimo, que no buscaste tu gloria propia; Corazón pascientísimo, que voluntariamente sobrellevaste los mayores insultos; Corazón más abnegado, que anhelabas la Cruz y la abrazaste con amor.
Sacratísimo Corazón de Jesús, enséñame a amarte con todo mi corazón y concede que en la medida de mis limitadas fuerzas imite yo tus admirables virtudes. Amén.
Oración

Dios y Padre nuestro, haznos participar del gozo de la Ascensión de tu Hijo Jesucristo. Que sigamos en la nueva creación, pues su ascensión es nuestra gloria y nuestra esperanza. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.