Viernes 13 y
sábado 14
“24 horas
para el Señor”
“Debemos
orar en la comunión de la Iglesia
terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas
personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se
celebre en toda la Iglesia los
días 13 y 14 de marzo (“Dios rico en
misericordia”), es expresión de esta necesidad de
la oración”. Papa Francisco.
La Iglesia Católica universal realizara durante los
días viernes 13 y sábado 14 de marzo del presente año, las “24 horas de oración para el Señor”, tal y como lo anuncio el Santo
Padre Francisco en su mensaje para La Cuaresma 2015. En nuestra Diócesis todas
las Iglesias de las parroquias estarán abiertas para esta actividad la cual
iniciara el día viernes, en la Catedral San José comenzara a las 7:00 de la
noche con una Celebración Penitencial de apertura a cargo de Monseñor Saúl
Figueroa Albornoz Obispo de la Diócesis donde además se impartirá el Sacramento
de la Penitencia.
“La Cuaresma es tiempo de conversión, de cambio y la mejor manera de hacerlo es a través de
la Oración, es por ello que el Papa
recomienda en este tiempo hacer esta jornada de oración continua y dentro de la
jornada aprovechamos la recepción del Sacramento de la Penitencia para que el
Señor nos ayude a nuestra conversión y aprovechar la Misericordia de Dios como
lo indica el Papa en su Exhortación de Cuaresma “Dios es rico en Misericordia”,”
expreso Monseñor Figueroa.
¿Qué es el Sacramento de la Penitencia?
El Sacramento de la Penitencia, o Reconciliación, o Confesión, es el sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para borrar los pecados cometidos después del Bautismo. Es, por consiguiente, el sacramento de nuestra curación espiritual, llamado también sacramento de la conversión, porque realiza sacramentalmente nuestro retorno a los brazos del padre después de que nos hemos alejado con el pecado.
El Sacramento de la Penitencia, o Reconciliación, o Confesión, es el sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para borrar los pecados cometidos después del Bautismo. Es, por consiguiente, el sacramento de nuestra curación espiritual, llamado también sacramento de la conversión, porque realiza sacramentalmente nuestro retorno a los brazos del padre después de que nos hemos alejado con el pecado.
A continuación una parte del Libro del Papa Francisco:
“Custodia El Corazón”, donde habla de la: Confesión y Perdón de los pecados, además
propone 30 preguntas para un buen Examen de Conciencia:
“Por qué confesarse ¡Porque somos pecadores! Es decir,
pensamos y actuamos de modo contrario al Evangelio. Quien dice estar sin pecado
es un mentiroso o un ciego. En el sacramento Dios Padre perdona a quienes,
habiendo negado su condición de hijos, se confiesan de sus pecados y reconocen
la misericordia de Dios. Puesto que el pecado de uno solo daña al cuerpo de
Cristo que es la Iglesia, el sacramento tiene también como efecto la
reconciliación con los hermanos.
Cómo confesarse
No es siempre
fácil confesarse: no se sabe que decir, se cree que no es necesario dirigirse
al sacerdote…Tampoco es fácil confesarse bien: hoy como ayer, la dificultad más
grande es la exigencia de orientar de nuevo nuestros pensamientos, palabras y acciones
que, por nuestra culpa, nos distancian del evangelio. Es necesario «un camino
de auténtica conversión, que lleva consigo un aspecto “negativo” de liberación
del pecado, y otro aspecto “positivo” de elección del bien enseñado por el
Evangelio de Jesús. Este es el contexto para la digna celebración del
sacramento de la Penitencia. El camino a recorrer, comienza por la escucha de
la voz de Dios y prosigue con el examen de conciencia, el arrepentimiento y el
propósito de la enmienda, la invocación de la misericordia divina que se nos
concede gratuitamente mediante la absolución, la confesión de los pecados al
sacerdote, la satisfacción o cumplimiento de la penitencia impuesta, y
finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada.
Qué confesar
«El que quiere obtener la reconciliación con Dios y
con la Iglesia debe confesar al sacerdote todos los pecados graves que no ha
confesado aún y de los que se acuerde, tras examinar cuidadosamente su conciencia.
La confesión de las faltas veniales, está recomendada vivamente por la
Iglesia». (Catecismo de la Iglesia Católica, 1493)
Examen de
conciencia
Consiste en interrogarse sobre el mal cometido y el
bien emitido: hacia Dios, el prójimo y nosotros mismos.
En relación
a Dios
¿Solo me dirijo
a Dios en caso de necesidad? ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y
días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración? ¿Blasfemo en
vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos? ¿Me he avergonzado de
manifestarme como católico? ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo
hago, cuándo lo hago? ¿Me revelo contra los designios de Dios? ¿Pretendo que Él
haga mi voluntad?
En relación
al prójimo
¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo?
¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado,
robado, despreciado a los humildes y a los indefensos? ¿Soy envidioso,
colérico, o parcial? ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de
los pobres y de los enfermos? ¿Soy honesto y justo con todos o alimento la
cultura del descarte? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral
conyugal y familiar enseñada por el Evangelio? ¿Cómo cumplo mi responsabilidad
de la educación de mis hijos? ¿Honro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién
concebida? ¿He colaborado a hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente?
En relación
a mí mismo
¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Cómo, bebo,
fumo o me divierto en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis
bienes? ¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso? ¿Me gusta ser servido? ¿Amo y
cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas,
alimento rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?
Acto de
contrición
Jesús, mi Señor
y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y
me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita
misericordia me has de conceder el perdón de mis pecados, y me has de llevar a
la vida eterna.
“Custodia El Corazón”
“Tenemos que convertirnos en cristianos valientes”
Francisco
Este libro de bolsillo fue entregado como regalo del
Papa Francisco a los peregrinos que acudieron al rezo del Ángelus en la Plaza
de San Pedro el 22 de febrero de 2015. Explicó que “este libro recopila algunas
enseñanzas de Jesús y los contenidos esenciales de nuestra fe”.
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