domingo, 12 de octubre de 2014

HOMILÍA DE MONS. SAUL FIGUEROA EN OCASIÓN DE LA INAUGURACIÓN DEL AÑO PASTORAL 2013-2014

HOMILÍA DE MONS. SAUL FIGUEROA EN OCASIÓN DE LA INAUGURACIÓN DEL AÑO PASTORAL 2013-2014,  MES DE LA BIBLIA,  MES DE LAS MISIONES Y  SEMANA DE  LA CATEQUESIS DE LA DIÓCESIS DE PUERTO CABELLO.  SÁBADO 4 DE OCTUBRE DE 2014

Saludos

1.  El Evangelio de la misa nos relata el regreso de la misión de  los 72 discípulos y el encuentro  y la instrucción que Jesús tuvo  con ellos. “Los setenta y dos discípulos volvieron muy alegres y le dijeron a Jesús; «Señor, hasta los demonios nos obedecen al invocar tu nombre.» y Jesús les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Miren que les he dado autoridad  y poder sobre toda fuerza enemiga: no habrá arma que les haga daño a ustedes”   
Como vemos los 72 le relatan a Jesús la experiencia que han tenido    y el  les explica que el poder con el cual ellos han actuado proviene de él:”Miren que yo les he dado autoridad y poder.

2.  Por tanto, Jesús les da a los 72 una instrucción sobre el sentido y el alcance de su misión. Y a esto mismo  hemos venido hoy. Nosotros también  hemos estado evangelizando y estamos aquí para escuchar lo que  Jesús y a la Iglesia quiere decirnos.
En efecto, en el mes misiones, iniciando  el Año pastoral 2014 – 2015   en nuestra diócesis, debemos  escuchar la Palabra de Dios y lo que quiere la Iglesia para este momento. La Evangelización es una tarea continua y constante, lo que hay que ver hoy es el sentido de   nuestras actividades pastorales para reimpulsarlas. Así como Jesús al escuchar a los 72 los reimpulsó y orientó sobre su misión, así nosotros también debemos   reimpulsar nuestros servicios, departamentos, comunidades, movimientos y nuevas realidades,  apuntalados por lo que quiere la Iglesia. Y esto   se concretiza, en nuestro caso,  en el  plan pastoral diocesano.  No partimos de cero. Contamos con un plan pastoral. A él debemos recurrir en estos momentos.
  
Nuestro plan tiene un objetivo general que hoy debemos contemplar: REALIZAR UNA INTENSA ACCION PASTORAL QUE PERMITA A CADA UNO DE LOS HABITANTES DE PUERTO CABELLO,   CONOCER LOS DONES DEL SEÑOR  PARA CONSEGUIR  UNA DIÓCESIS  MAS UNIDA A CRISTO, TOMANDO EN CUENTA  PARTICULARMENTE  LAS  PRIORIDADES DE LA PRIMACÍA DE LA GRACIA, LA MISIÓN, LA  PASTORAL VOCACIÓNAL, LA COMUNIÓN DE BIENES Y LA SOLIDARIDAD, VISTAS DESDE LAS DIMENSIONES DE LA FORMACIÓN, LA ESPIRITUALIDAD Y la  COMUNIÓN.
Fijémonos en lo que queremos obtener:   UNA DIÓCESIS  MÁS UNIDA A CRISTO. Este el lema que nos da unas pautas para todo lo que queremos hacer:
Mas Unida a Cristo significa  encontrarse  con Jesucristo.   Esto es  la santidad de vida,  la primacía de la  gracia. La primera prioridad de nuestro plan.  Benedicto XVI nos enseña: "No se comienza a ser cristiano por una  decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que  da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva" (Dios es Amor 1). « Hemos encontrado al Mesías » (Jn 1, 41).  

Y El papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium,  dice al respecto  lo siguiente: El gran riesgo del mundo actual, es una tristeza individualista. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo. Muchos  se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado.  Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor». (EG 14)

Hacia una Diócesis más unida: Se trata aquí de  la comunión. El Concilio Vaticano II define  a la Iglesia como  un sacramento de la unión  con Dios y de la unidad del género humano" (LG 1).  Heredera de la misión evangelizadora que le dejó Jesucristo, la Iglesia  fundada en la comunión trinitaria, busca fortalecer la comunión de Dios con la humanidad, y de los hombres entre sí.

 La Comunión en la vida de la Iglesia no se decreta, sino que se construye. Todo el pueblo de Dios está  llamado a esta tarea.  Por  tanto, nadie queda excluido. Para ello es necesario promover una Espiritualidad de la Comunión en la que    todas las instancias y sectores eclesiales vivan en comunión.

         En nuestra Diócesis que tiene como objetivo ser  más unida, la comunión significa planificación, coordinación, respeto al plan pastoral y al calendario diocesano y es respeto de unos con otros. El trabajo en equipo. No  a la competencia, sino  la ayuda mutua.
Dice el Papa Francisco al respecto: Las instituciones eclesiales: pequeñas comunidades, movimientos y otras formas de asociación, son una riqueza de la Iglesia. Muchas veces aportan un nuevo fervor evangelizador. Pero es muy sano que no pierdan el contacto con la parroquia, y que se integren gustosamente en la pastoral orgánica de la Iglesia particular. Esta integración evitará que se queden sólo con una parte del Evangelio y de la Iglesia, o que se conviertan en nómadas sin raíces. (EG 29)

      Y continua: No a la guerra entre nosotros. Dentro del Pueblo de Dios y en las distintas comunidades,  ¡cuántas guerras por envidias y celos, también entre cristianos! La mundanidad espiritual lleva a algunos cristianos a estar en guerra con otros cristianos que se interponen en su búsqueda de poder, prestigio, placer o seguridad económica. Además, algunos dejan de vivir una pertenencia cordial a la Iglesia por alimentar un espíritu  interno. Más que pertenecer a la Iglesia toda, con su rica diversidad, pertenecen a tal o cual grupo que se siente diferente o especial.

     Por tanto el encuentro con Jesús y la comunión son los dos grandes principios que el Señor hoy nos indica. De  aquí  brotan todas las orientaciones  que  orientan   toda la evangelización y sus actividades.

3.  La Misión: La Iglesia es comunión en misión (Cf. LG 17), es comunión trinitaria en tensión misionera (Cf. PDV 12.73-75). Ella no puede hacer otra cosa, sino anunciar con franqueza y valentía "que en Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, se ofrece la salvación a todos los hombres" (EN 27)
Entre la comunión y la misión existe una profunda unidad. En efecto,  el  Espíritu  que convoca y une a la Iglesia y  la envía a predicar el Evangelio hasta los confines de la tierra" (ChL 32).
 La evangelización obedece al mandato misionero de Jesús: «Id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20). (EG 19)
El Santo Padre Francisco califica a la iglesia como una Iglesia en salida para hablar de la Iglesia Misionera.  (EG 20), Y es casualmente el lema que ha adoptado la campaña de la OPM este año es:   Misioneros con Espíritu para una Iglesia en  salida.

 La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan. La comunidad  evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa; y, por eso, ella sabe adelantarse,  tomar la iniciativa sin miedo, salir  al encuentro, buscar a los alejados y  llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vive un  deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la  infinita misericordia del Padre y su fu erza difusiva. ¡Atrevámonos un poco! (EG 24)

Aspiramos, por tanto,  que  este espíritu misionero  se haga cada día más efectivo en toda nuestra, auguramos un  fortalecimiento de la Misión continental y las pequeñas comunidades. Así como de  los servicios de la OMP: infancia misionera, centimision, joven misión y  la animación misionera en los colegios y liceos.

Así mismo aspiramos una reactivación de  la Pastoral juvenil, la pastoral educativa y la pastoral familiar (que por cierto dentro de pocos días se iniciará un sínodo en Roma sobre la evangelización de la familia en los actuales momentos).  Y, sobre todo de la pastoral vocacional  que es una de las principales prioridades de nuestra diócesis.

4. Estamos celebrando también El mes de la Biblia.  El centro de la misión es la proclamación de la Palabra de Dios y dentro de ella, la proclamación de  la Buena noticia del Kerigma: Cristo muerto y resucitado para nuestra salvación. Para esto existe la Iglesia.  Para evangelizar.
La Comisión episcopal de Biblia y Catequesis nos ha enviado  un hermoso material para celebrar el mes de la biblia  a partir de la  exhortación  apostólica la alegría del evangelio. De hecho así se titula el material. De tal manera que el mes de la biblia es una invitación a leer la exhortación del  Papa Francisco.  “Invito a cada cristiano a en cualquier lugar y situación en que se encuentre a  renovar  ahora mismo  (…) a la alegría reportada por el Señor”

La Palabra tiene en sí una potencialidad que no podemos predecir. El  Evangelio habla de una semilla que, una vez sembrada, crece por sí sola también cuando el agricultor duerme (cf. Mc 4,26-29). La Iglesia debe aceptar esa libertad  aferrada a la Palabra, que es eficaz a su manera, y de formas muy diversas que suelen superar nuestras previsiones y romper nuestros esquemas. (EG 21 -22)

5.  La catequesis. El lema de la semana de la catequesis este año es:   “Testimoniar con la alegría la verdad en el amor”. El mismo nos ilumina sobre el núcleo de nuestra misión. Porque la misión encomendada no se realiza como una tarea: no se hace de catequista, se es catequista, como afirmara el Papa Francisco, Efectivamente la misión brota de esta realidad nueva del encuentro personal y transformador con la persona de Jesús que nos convierte en testigos de su obra.
Testimoniar con la alegría en el amor es la misión del catequista. No se dice enseñar, se dice testimoniar. Es decir la verdad se hace palabra y anuncia la presencia de Jesús que se transmite a nuestros destinatarios.

Account Options>

Aprovecho la oportunidad para reiterar el compromiso  de la catequesis a todos los niveles en nuestra Diócesis. Particularmente el sistema de itinerario que se mantener y respetar. Ponemos en peligro la comunión diocesana de no hacerlo.  Así mismo debemos hacer con la mayor seriedad posible la preparación del bautismo.  Esta no puede ceñirse una pequeña charla previa a la celebración. Lo mismo dígase en lo que se refiere a  la  preparación al matrimonio. Esta  va más allá de un simple curso matrimonial. Así mismo quiero insistir en dar la mayor relevancia posible a la Catequesis de adultos.

6. Para finalizar, quiero que tengamos muy en cuenta en este año pastoral dos grandes acontecimientos: los 150 años del nacimiento del Venerable Dr. José  Gregorio Hernández el próximo 26 de octubre. Día de júbilo que lo celebraremos parroquialmente. En nuestra Catedral tendremos una Misa Solemne a las 8 am.

Y el año 2015 será el  AÑO DE LA VIDA CONSAGRADA.   Así como el año 2013 fue el  año de la fe. El 2014 el año de la Juventud,  el próximo es el año será el de la  vida consagrada al cumplirse los 50 años de del decreto conciliar  perfectae Caritatis. Será una oportunidad para  que los consagrados  reimpulsen su vida y misión.  Un año de crecimiento vocacional. Una diócesis sin consagrados es una diócesis incompleta.Todas tus páginas de Google+ ›


            7.  Bien hermanos,  ponemos en manos del Señor, el Buen pastor, este nuevo año de pastoral. Que el oriente nuestros pasos. Revitalicemos nuestra pastoral haciendo efectivamente que cada día sea una diócesis mas unida a Cristo. Fomentemos el encuentro con Cristo y la comunión y que esta nos impulse a revitalizar toda nuestra pastoral. Que nadie nos quite como dice el Papa Francisco la alegría de evangelizar. Que Nuestra del Valle y San José y  San Francisco de Asís intercedan por nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario