lunes, 13 de abril de 2015

Misa Bendición del Mar, Domingo de Resurreccion

Monseñor Saúl Figueroa, durante Misa Bendición del Mar
“Señor, danos la paz para Venezuela”
El pasado domingo 5 de abril, Domingo de Resurrección a las 6 y 20 minutos de la mañana se llevo a cabo en el malecón de la ciudad de Puerto Cabello, la tradicional Misa de la Bendición del Mar, este año en su aniversario número 153, la cual estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis de Puerto Cabello Monseñor Saúl Figueroa Albornoz y concelebrada por los sacerdotes: Alexander Chacon, Jose Alberto Sequera, Hector Tzoc y el diacono David Oropeza acompañados por seminaristas y monaguillos de la parroquias Catedral, Coromoto y Virgen del Valle.
El acto religioso concentro a mas de 10 mil personas de diferentes estados del país además de las autoridades civiles y militares del municipio, quienes recibieron al final de la Santa Misa la esperada bendición, momento solemne que realizo el Obispo con el Santísimo acompañado de fuegos artificiales, pitos, sirenas de embarcaciones y pétalos de rosa lanzados por un helicóptero de la Aviación Naval. Al final de la bendición Monseñor Figueroa pidió por “la paz del país”, palabras que conmocionaron a los presentes.
A continuación texto completo de la Homilia Mons. Saúl Figueroa, Obispo de Puerto Cabello:

1.    Hoy domingo de Resurrección del Señor celebramos la Misa de la bendición del mar.  La Resurrección de Cristo es la principal creencia de nosotros los cristianos. San Pablo afirmó: “Si Cristo no hubiese resucitado, vana sería nuestra fe”  (1Co15, 14). Todo  sería  absurdo. Si Cristo no hubiera resucitado, el puente entre la  tierra y el cielo se habría caído para siempre.  Por  consiguiente hermanos ante este imponente mar Caribe,  afirmamos como San Pedro en Jerusalén lo siguiente: “Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver (…) a nosotros,  que hemos comido y bebido con él después de su resurrección” (He 10,34-37). El  nos ha abierto nuevamente el camino al cielo. Y por eso hoy no debemos anteponerlo a ninguna criatura o  energía o  fuerza extraña.

2.    Debemos  destacar  la confianza que hoy nos trae la Resurrección. Sé que vivimos momentos difíciles por problemas personales o comunitarios. Quién de nosotros no tiene problemas de cualquier índole: angustias, enfermedades, problemas para educar nuestros hijos, problemas en nuestro hogar. Tampoco podemos ocultar la gran crisis que tiene el país. Sin embargo, después de la Resurrección de Cristo, tenemos una respuesta para nuestra existencia, tenemos una solución para nuestra vida y para nuestro país. El país se salvará si ponemos nuestra confianza en Cristo no solamente en nosotros mismos. Recordemos las palabras de Jesús: “Yo soy la luz del mundo”. “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia”. “Yo soy el camino la verdad y la vida”. Por tanto hermanos. Ánimo a pesar de todo,  nadie nos separará del amor de Dios quien ha vencido a la muerte y el mal.

3.    Esta misa  de la bendición del mar también es una expresión de  la Resurrección de Cristo en nosotros.  En efecto, al bendecir el mar, hacemos que él se convierta en una gran pila bautismal que  nos recuerda  que estamos resucitados en Cristo, pues “Por el bautismo fuimos incorporados a Cristo por su muerte y fuimos resucitados con él, porque  si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estarán también en una resurrección como la suya” (Rom 6, 1-4).  Con el bautismo,  nosotros también resucitamos. El bautismo es, por tanto,  la muerte del hombre viejo y el resurgimiento del hombre nuevo.

4.    Pero no es suficiente que sepamos que nuestro mar está bendito y que llevemos agua bendita a nuestras casas y  que ambas cosas nos recuerden nuestro bautismo. Es necesario confirmar esto con hechos en nuestras vidas. Es lo que dice San Pablo hoy en la segunda lectura a los Colosenses: Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Por tanto, es necesario que demos testimonio de la resurrección que hemos recibido en el bautismo. Dar testimonio de la resurrección por nuestro comportamiento. San Pablo en su Carta a los Gálatas habla de los frutos que tenemos que manifestar como  resucitados. “Los frutos del espíritu son el amor, la alegría, la paz, la paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí”.    Venezuela está hoy necesitada de  respeto mutuo, de paz  y de  comprensión de unos con otros.   Por tanto, queridos hermanos,  roguemos al resucitador para que nos otorgue   el don de la paz y todos nos pongamos a trabajar fuertemente para resolver los grandes problemas que confrontamos. Unidos todos. Aportando soluciones. Ruego, por favor que no nos quedemos en la crítica destructiva, sino que aportemos soluciones y  trabajemos  con iniciativa e inventiva.

5.    Pero  también al bendecir el mar,  le pedimos e imploramos  a Dios por este importante recurso y por todas las personas e instituciones que dependen de él.
Pedimos porque siga produciendo su flora y su fauna  tan necesaria para nosotros. Que abunden todo tipo de  peces y demás especies marinas.
Pedimos por todos nuestros hombres  y mujeres que dependen del mar para su subsistencia, particularmente los pescadores.
Pedimos por sus guardianes. Los distintos componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, particularmente, la Armada y la Guardia Nacional. También pedimos por La Capitanía de Puertos.
Pedimos por las empresas públicas y privadas que están vinculadas al mar para que sus planes y proyectos se consoliden. Pedimos por nuestro Puerto, por Bolipuerto, por las aduanas, las navieras, las  almacenadoras, los transportistas. Por todos los directivos, empleados de estas empresas.
Pedimos por todo el eje costero del Estado Carabobo, Puerto Cabello y Juan José Mora, para que sus ciudades y localidades se consoliden y sus proyectos se puedan efectuar y desarrollar con gran éxito hacia nuestro pueblo.
  1. Por último hago una exhortación  para que como ciudadanos cuidemos   nuestro mar, lo mantengamos limpio. Recojamos la basura, cuidemos nuestras playas y balnearios, no pesquemos aquellas especies que estén prohibidas  y cuidemos su flora.
  2. Y nunca olvidemos que el  mar  y el agua son  un signos de la presencia salvífica de Dios. El famoso cantico de los tres jóvenes del Libro  de Daniel, exalta a todas las criaturas, entre ellas el mar:
“Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Montes y cumbres, bendecid al Señor
MARES y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

 8.     Para finalizar quiero agradecer a las autoridades nacionales,  regionales y  locales, a los cuerpos de seguridad del Estado. Las autoridades militares, a los empresarios privados (Venecia Ship) y particularmente al Sr. Alcalde y su equipo de gobierno por el interés y apoyo a esta actividad de la Bendición del mar. Así mismo por el apoyo brindado a las actividades de la semana santa de la diócesis y de  las parroquias. Que Dios les bendiga y les  siga fortaleciendo para que puedan seguir trabajando en beneficio nuestro  pueblo.  

A TODOS  UNAS FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN.







 La naturaleza nos regalo un espectáculo de aves en pleno momento de la Bendición




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