domingo, 20 de abril de 2014

Homilía Mons. Saul Figueroa, Misa Bendición del Mar


HOMILIA DE MONS. SAÚL FIGUEROA, OBISPO DE PUERTO CABELLO EN OCASIÓN DE LA MISA DE BENDICION DEL MAR, PUERTO CABELLO   20 DE ABRIL DE 2014
HPC 32

1.    Hoy domingo de Resurrección del Señor celebramos la Misa de la Bendición del mar. Por tanto, este acto lo entendemos  dentro del contexto de la Pascua. La Resurrección de Cristo es lo primero. Si  Jesús vive eso me basta. San Pablo afirmó que: “Si Cristo no hubiese resucitado, vana sería nuestra fe”  (1Co15, 14). Todo  se habría vuelto completamente absurdo. Si Cristo no hubiera resucitado, el puente entre la  tierra y el cielo se habría caído para siempre.  Por  consiguiente hermanos ante este imponente mar Caribe, ante esta magna asamblea, afirmamos como San Pedro en Jerusalén que “Cristo venció a la  muerte, que Cristo ha resucitado,  que Jesús es el mesías”. Dios de Dios. Dios verdadero de Dios verdadero. El  nos ha abierto nuevamente el camino al cielo. Y por eso hoy no debemos anteponerlo a ninguna creatura o  energía o  fuerza extraña.

2.    Debemos  destacar  la confianza que hoy nos trae la Resurrección del Señor. Sé que vivimos momentos difíciles por problemas personales o comunitarios. Quién de nosotros no tiene problemas de cualquier índole: angustias, enfermedades, problemas para educar nuestros hijos, problemas en nuestro hogar. Sin embargo, después de la Resurrección de Cristo, tenemos una respuesta para nuestra existencia, tenemos una solución para nuestra vida. Tenemos una luz en medio de la oscuridad. Recordemos las palabras de Jesús: “Yo soy la luz del mundo”. “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia”. “Yo soy el camino la verdad y la vida”. Por tanto hermanos. Ánimo a pesar de todo,  nadie nos separará del amor de Dios quien ha vencido a la muerte.

3.    Con la Resurrección del Señor, obtenemos  nuestra propia resurrección y esto lo conseguimos  por medio del sacramento del bautismo. En efecto: “Por el bautismo fuimos incorporados a Cristo por su muerte y fuimos resucitados con él, porque  si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estarán también en una resurrección como la suya” (Rom 6, 1-4).

4.    Y el sacramento del bautismo lo recibimos  mediante el signo del agua. El agua nos permite nacer de nuevo: Había un fariseo que se llamaba Nicodemo.  Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús: De cierto, te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.  Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto,  te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. (Jn 3,1-5).

 Y esa agua, es el  bautismal.  Es el  agua viva que calmara la sed para siempre según lo atestigua el encuentro del Señor con la samaritana: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener  sed;  mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para la vida eterna.   La mujer le dijo: Señor, dame de esa agua, para que no tenga más  sed, ni venga aquí a sacarla”. Esa es el agua bautismal que nos resucita con Cristo.

                                                                                                                                   
5.    Este acto de la bendición del mar también es una expresión de nuestro bautismo y por ende de  la Resurrección de Cristo.   En efecto, al bendecir el mar, hacemos que él se convierta en una gran pila bautismal que  nos recuerda  que estamos resucitados en Cristo.     Con el bautismo, la resurrección no es solo una posibilidad, o algo que está por venir, sino que es una realidad presente. El bautismo es, por tanto,  la muerte del hombre viejo y el resurgimiento del hombre nuevo.

6.    Pero no es suficiente que sepamos que nuestro mar está bendito y que tengamos agua bendita en nuestras casas y  que ambas cosas nos recuerden nuestro bautismo. Es necesario confirmar esto con hechos en nuestras vidas. Es lo que dice San Pablo hoy en la segunda lectura a los Colosenses: Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Por tanto, es necesario que demos testimonio de la resurrección que hemos recibido en el bautismo. Dar testimonio de la resurrección por nuestro comportamiento. Es más, San Pablo en su Carta a los Gálatas será más especifico, cuando nos habla de los frutos que tenemos que manifestar como  resucitados. “Los frutos del espíritu son el amor, la alegría, la paz, la paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí”. Esto significa que para vivir el  bautismo, debemos tener  respeto mutuo,   paz,  comprensión de unos con otros, armonía en nuestras familias y comunidades, en donde estudiamos, trabajamos y vivimos.

Venezuela está hoy necesitada de paz. Y la paz no es solamente un objetivo político o un acuerdo ideológico.  Es un don de Cristo resucitado. Recordemos que en la tarde de pascua, el Señor trasmitió  la paz a sus apóstoles y a todos nosotros: “Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.   Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.  Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros”. Por tanto, queridos hermanos roguemos al resucitado para que nos otorgue   el don de la paz y todos nos pongamos a trabajar fuertemente por resolver los grandes problemas que confrontamos.

7.    Pero  también al bendecir el mar,  le pedimos e imploramos  a Dios por este importante recurso y todo lo que tiene que ver con él:
Pedimos porque siga produciendo su flora y su fauna marina tan necesaria para nosotros. Que abunden todo tipo de  peces y demás especies marinas.
Pedimos por todos nuestros hombres  y mujeres que dependen del mar para su subsistencia, particularmente los pescadores.
Pedimos por sus guardianes. Los distintos componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, particularmente, la Armada y la Guardia Nacional. También pedimos por La Capitanía de Puertos. Por Bolipuerto.
Pedimos por las empresas públicas y privadas que están vinculadas al mar para que sus planes y proyectos se consoliden.
Pedimos por todo el eje costero del Estado Carabobo, Puerto Cabello y Juan José Mora, para que sus ciudades y localidades se consoliden y sus proyectos se puedan efectuar y desarrollar con gran éxito hacia nuestro pueblo.
5.    Por último hago una exhortación  para que como ciudadanos cuidemos   nuestro mar, lo mantengamos limpio. Recojamos la basura, cuidemos nuestras playas y balnearios, no pesquemos aquellas especies que estén prohibidas  y cuidemos su flora.
6.  Y nunca olvidemos que el  mar  y el agua son  un signos de la presencia salvífica de Dios. El famoso cantico de los tres jóvenes del Libro  de Daniel, exalta a todas las criaturas, entre ellas el mar:
“Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
60Aguas del espacio, bendecid al Señor;
61ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
62Sol y luna, bendecid al Señor;
63astros del cielo, bendecid al Señor.
64Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
65vientos todos, bendecid al Señor.
75Montes y cumbres, bendecid al Señor
78MARES y ríos, bendecid al Señor.
79Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
80aves del cielo, bendecid al Señor.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
7. Para finalizar quiero agradecer a las autoridades nacionales,  regionales y  locales, a los cuerpos de seguridad del Estado. Las autoridades militares, a los empresarios privados (Venecia Ship) y particularmente al Sr. Alcalde y su equipo de gobierno por el interés y apoyo a esta actividad de la Bendición del mar. Así mismo por el apoyo brindado a las actividades de la semana santa de la diócesis y de  las parroquias. Que Dios les bendiga y les  siga fortaleciendo para que puedan seguir trabajando en beneficio nuestro  pueblo.


A TODOS  UNAS FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN.










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